Programa: Magíster en
Comunicación. Escuela de Graduados. Facultad de Filosofía y Humanidades
Profesor patrocinante: Rodrigo
Moulian Tesmer
Titulo tesis: Constelaciones
Semióticas y Prácticas de Sentido en la Cultura del Movimiento de Schoenstatt
Correo: penriquegrez@gmail.com
Resumen: El presente estudio se dedica a la tarea de explorar desde la
perspectiva comunicativa el Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Para ese fin
se propone la observación de las organizaciones simbólicas de la Cultura que
hemos llamado Constelaciones Semióticas y de las Prácticas de Sentido, acciones
en las que se evidencian ciertos elementos pragmáticos del significado. Se
propone una metodología de estudio de caso en la que se integrarán elementos de
observación, registro, entrevistas y el posterior análisis semiótico de los
elementos que emerjan del trabajo etnográfico.
Marco Teórico:
Constelaciones
Semióticas. Las constelaciones semióticas se refieren a aquel conjunto de
relaciones de significación que se organizan alrededor de un signo en el
proceso de semiosis y que constituyen una representación de los elementos
designados y contenidos del ámbito cultural que observamos. Este haz ordenado
de vinculaciones entre signos muestra que éstos no están nunca aislados, sino
atados entre sí en los fenómenos de significación, a través de asociaciones de
representación en las cuales se destacan los aspectos conceptuales y
figurativos. Así se van atando los signos unos a otros en cadenas que hacen
posible la producción y reproducción del sentido. Estas cadenas de relaciones,
que son descritas de diferentes maneras según sea el modelo semiótico que
tengamos delante (Peirce, de Saussure, Eco), y hacen referencia a la
representación. En el proceso de semiosis la representación interconecta las
unidades culturales entre sí, formando redes particulares en las que se mueve
la significación. Las relaciones que las vincularán estarán dadas por las
implicancias, presuposiciones y connotaciones (con sus respectivas implicancias
y presuposiciones) que están en juego en ese proceso. Estas relaciones pueden
ilustrarse en esquemas que explicitan las concepciones culturales con densidad
de sentido.
El símbolo como un dispositivo semiótico de la cultura. En él se vehiculan las cosmovisiones y se facilita
la relación con el mundo de lo numinoso a través de su facultad
representativa. Será ésta nuestra primera nota. Asimismo comprenderemos sus facultades
de condensación y mediación, como notas que aportan a la comprensión sistémica del símbolo. Finalmente queremos detenernos
en el símbolo como fenómeno vital, en tanto que no se trata de objetos de museo sino de
dispositivos que se ponen en acción en el ritual. Están ‘vivos’ en tanto que son
usados por individuos y comunidades vivas. Queremos en este punto conectar el
fenómeno del simbolismo con la experiencia narrativa del mito y las
consecuencias emotivas del uso de los símbolos.
Prácticas de
Sentido. Las ‘prácticas de sentido’ se relacionan con aquellos procesos
comunicativos en los cuales los marcos de referencia dominantes de una cultura
se incorporan al mundo de la vida del sujeto, a través de una performance
simbólica y una retórica formal (Rappaport 1999: 24). Acciones de estas
características supondrán el compromiso de componentes sociales y culturales, a
la base de las cosmovisiones que se vehiculan en las constelaciones de sentido.
Los valores que se hayan comprometidos en estas prácticas se refieren a los estándares que guían
la conducta del hombre. Ellos son suministrados al sujeto por la cultura y se
encuentran organizados entre sí, constituyendo las prioridades de la vida
social. Los valores son los que le permiten al hombre decidirse por unas
conductas específicas y navegar con un cierto rumbo en el mar de posibilidades
de la cotidianeidad.
En el puente entre cultura e individuo encontraremos estos dispositivos comunicacionales que son las prácticas de sentido. Ellas estarán necesariamente relacionadas con la dinámica retórica, según la cual los valores y representaciones que forman parte de la vida de la comunidad se asientan en el cuerpo de los sujetos por medio de técnicas performativas particulares. Entendemos por prácticas de sentido aquellas acciones orientadas valóricamente, que se presentan tanto en la vida cotidiana del sujeto como en los fenómenos rituales, y que permiten la encarnación de las constelaciones de sentido a través de la vivencia. El desarrollo del capítulo consta de tres partes. En la primera se atiende a la acción orientada por valores en tanto que fenómeno comunicativo. En ella el ethos cultural se expresa a través de ejecuciones, performances, que constituyen la realidad para aquella sociedad. En un segundo punto nos introduciremos en la acción ritual, para definirla como acción social, de carácter formal y multimedial en la que se pone en escena la cosmovisión de la comunidad.
Finalmente definiremos la dimensión de vivencia (Erlebnis) de las prácticas. Por vivencia entendemos aquella experiencia de integración de las diversas dimensiones personales y sociales (cognitiva, emocional, relacional, sensitiva, etc.). Ésta será central a la hora de observar cómo es que se produce la actualización de aquellos valores de los que hablamos a propósito de los complejos de signos y símbolos. Nos interesa sobremanera esta noción de encarnación como ‘conocimiento emplazado’ a lo que dedicaremos parte de este tercer acápite. El mismo termina en un estudio sobre las herramientas retóricas de las prácticas de sentido.
Sobre Schoenstatt, que es
el objeto empírico de análisis pueden mirar: http://www.schoenstatt.org/es/
En el puente entre cultura e individuo encontraremos estos dispositivos comunicacionales que son las prácticas de sentido. Ellas estarán necesariamente relacionadas con la dinámica retórica, según la cual los valores y representaciones que forman parte de la vida de la comunidad se asientan en el cuerpo de los sujetos por medio de técnicas performativas particulares. Entendemos por prácticas de sentido aquellas acciones orientadas valóricamente, que se presentan tanto en la vida cotidiana del sujeto como en los fenómenos rituales, y que permiten la encarnación de las constelaciones de sentido a través de la vivencia. El desarrollo del capítulo consta de tres partes. En la primera se atiende a la acción orientada por valores en tanto que fenómeno comunicativo. En ella el ethos cultural se expresa a través de ejecuciones, performances, que constituyen la realidad para aquella sociedad. En un segundo punto nos introduciremos en la acción ritual, para definirla como acción social, de carácter formal y multimedial en la que se pone en escena la cosmovisión de la comunidad.
Finalmente definiremos la dimensión de vivencia (Erlebnis) de las prácticas. Por vivencia entendemos aquella experiencia de integración de las diversas dimensiones personales y sociales (cognitiva, emocional, relacional, sensitiva, etc.). Ésta será central a la hora de observar cómo es que se produce la actualización de aquellos valores de los que hablamos a propósito de los complejos de signos y símbolos. Nos interesa sobremanera esta noción de encarnación como ‘conocimiento emplazado’ a lo que dedicaremos parte de este tercer acápite. El mismo termina en un estudio sobre las herramientas retóricas de las prácticas de sentido.
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